25/12/09

Después...

Después de hoy...
¿Después de hoy qué?, ¿a esto se reduce la vida, o la muerte?
A unas horas de dolor intenso, y años de recuerdos...
No podré olvidar esta Navidad, sin duda. No podremos. Ninguno de los que te conocíamos.
¿Cómo consolar a Pedro?, ¿cómo consolar el llanto de los que te quieren?, ¿cómo consolarme yo?
Es como estar embriagado, borracho pero lúcido al mismo tiempo.
Es una sensación adulterada por el dolor y el rechazo de tu partida.
Son los gritos y los ojos terrosos ya de llorar.
La repetición de una negación que no puede sino ser cierta.
Asi veremos ahora la noche que nunca más será buena. O si lo será, gracias a tus recuerdos...
Amigo, no puedes haberte ido...
Querido amigo, ¡tan sólo puede verte tocando tu guitarra ahora!
No vienen otras imágenes a mi cabeza. Son las fotografías memorizadas que me quedan.
Algunas de hace mucho tiempo...
Pronto volverán a asaltarme, como anoche, angustia y lágrimas cíclicamente, en espiral...
Me llegan los típicos mensajes de "Feliz Navidad", por móvil, por mail...
Y no puedo mirarlos sin una mueca de dolor y un poco de ira contenida.
Ellos no tienen la culpa, ¡nadie la tiene!
Por eso respondo cortés y parco en palabras, por mera educación, por deferencia...
Y me ahogan las ganas de decir, feliz navidad, diviértete (mientras yo me hundo de un nuevo dolor, deconocido hasta ahora).
De suerte puedo escribir, tengo esa vía de escape, ¡debo agradecerlo!
No sé qué haría si no pudiese desahogarme así...

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