30/12/09

Pensando...

Han pasado unos días...
El dolor se aleja, se aleja y vuelve por un camino distinto.
Por cualquier senda que transporte un recuerdo, por leve que este sea...
Lejos de mejorar, los días empeoran. Surgen nuevas dificultades, problemas que no deberían existir y para colmo de males...¡el recuerdo!
El año ya se va...sin embargo parece ralentizarse obstinadamente.
Los días se escurren como gotas de sangre en una clepsidra que mide el tiempo de forma deliberadamente lenta.
Las noches se alargan...
También los suspiros...
Y estas noches ni siquiera he tenido el impulso bendito de escribir.
Tan sólo el cansancio, la extenuación, me han permitido dormir, o semi-dormir, que sería más acertado.
En medio de los recuerdos frescos de pérdidas inconmensurables, me asaltan viejas notas de canciones tristes...de amor creo...
Releo viejas partituras de antiguos momentos, y aún más vetustas pasiones...
Y no las hallo anticuadas...
Las hallo melosas, balsámicas a la par que dolorosas...
Mi mente se esparce, divago...
Me cuesta centrarme. No consigo plasmar ya como antes, lo que siento, tan claramente.
Me evado en mundos paralelos y asimétricos.
Entre sufrimientos de muerte, y un vacío de alma que nunca antes sentí.
Intento olvidar...
¡Intento olvidar tantas cosas!
Pero me persiguen los rostros y las sonrisas de los que no están...
Y me acosan los lamentos de lo que no pudo ser...¡tan sólo por mi culpa!
Sé que nada será igual ya, ¿verdad?, ¿cómo podría serlo?
Y sé que lamentaré siempre haber errado, haber sido tan cobarde...
¡Soy un cobarde!, esa es una de las pocas conclusiones que puedo extraer de este año.
Esa, y que la vida es artera y desmedida en sus designios y rencores.

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